Leo Messi al rescate. El Barça volvió a rozar la tragedia ante un Levante ordenado y con un inmenso Aitor Fernández en la portería, pero una perdida de balón de los granota en el mediocampo le dejó el balón al argentino en la frontal y ahí no perdonó para darle tres puntos que dan aire al conjunto azulgrana... y a su entrenador, Ronald Koeman.

Las dudas que presenta el Barça en su juego en las últimas semanas se repitieron ante el Levante, que rozó el gol en varias ocasiones en un inicio explosivo. Especialmente clara fue un mano a mano de Jorge de Frutos en el que Ter Stegen salió vencedor para salvar a su equipo.

Poco después, llegó el segundo aviso granota con un gran pase de Roger que recogió Dani Gómez, pero el atacante, a pocos metros de la meta, disparó muy alto.

El Barça comenzó entonces a activar su juego ofensivo y las llegadas comenzaron a producirse con frecuencia con Griezmann como gran protagonista. Un centro de Messi lo remató el galo para que se luciera Aitor, y en el rechace Lenglet, sin portero, mandó el balón fuera.

La conexión Messi-Griezmann estaba funcionando, pero sin suerte. Una pared entre ambos acabó con un remate del francés, pero de nuevo se topó con un inmenso Aitor.

El paso por vestuarios no cambió la tendencia del final de la primera parte, el partido era ya del Barça, que convirtió al meta granota en el auténtico héroe. Coutinho en dos ocasiones y Messi en una lo intentaron desde lejos, y después el argentino fusiló a Aitor a bocajarro para que de nuevo se luciera el fantástico meta donostiarra.

Las ocasiones se sucedían, pero el gol no llegaba y el nerviosismo se notaba en los jugadores culés, ya con prisa. Sin embargo, fue un error del Levante en el centro del campo lo que decidió el partido. Robó De Jong, cedió a Messi y Leo, en la frontal, no perdonó con un latigazo pegado al palo ante el que no pudo hacer nada esta vez Aitor.

No se rindió el Levante, que buscó el tanto del empate hasta el final y en el descuento encerró a los blaugranas con dos córners a la desesperada. El disparo de De Frutos, sin embargo, lo paró Ter Stegen en el último suspiro y el Barça pudo por fin respiriar aliviado tras tres puntos que le dan un poco de aire en la clasificación.